martes, 4 de marzo de 2014

Sobre el anti-pensamiento de los cines.


I
Recuerdo la película de Albert Hitchcok que miramos en la sala de tu apartamento. Los pájaros eran como recuerdos asesinos que caían del cielo. Recuerdo el horror, la mala calidad, el olor a mantequilla del maíz, la chimenea encendida, tu mano sobre mi mano, tus ojos sobre mi mano, mis ojos sobre tu mano. Estábamos amarrados el uno con el otro. Y mientras en la película todos se morían, todos gritaban. Y nosotros ahí, mirando a los pájaros que eran como recuerdos asesinos que caían del cielo.

II
Otro día no me acorde, pero trate de encontrar algo que ver en el cinema. Una mujer se sentó a un lado mío en la función de las trece. No dejaba de mover las manos, seguramente le daba miedo la cara del hombre de enfrente. Les digo; ese hombre si parecía un asesino. Y no dejaba de mover la cabeza. Entre tantos movimientos perdí la concentración y comencé a pensar sobre la oscilación del péndulo de Focault. Pensaba en como la tierra se mueve y nos mueve junto con ella, pero será que nosotros tal vez movemos a la tierra. Y este mundo mueve al sistema solar y así en consecuencia la rotación del cosmos sería un sistema en reversa.

III
Si  de la noche a la mañana todo se invirtiera y empezáramos a ser más jóvenes cada día, y si sale la noche por el alba y el día llega al morir la tarde. Y si de pronto los hombres de la tierra comienzan a caminar en reversa, y los días del calendario se fueran reinventado. Llegaría un punto en el que ya habremos dado la vuelta al mundo en tal vez ochenta noches porque el día sería inservible. Llegaría un momento en el que el tiempo se acabe y empiece un nuevo calendario con números negativos. Digamos que después del Antes de Cristo viene el menos uno, el menos dos, el menos tres y así sucesivamente. Entonces se crearían una especie de anti meses, anti años, anti días, anti hombres, debería existir un anti Dios. Una anti historia del hombre y por lo tanto  se crearía un anti hombre. Y supongo viene un anti Bing Bang en el que no se destruye sino se construye. Y entonces empezaría una involución al sentido contrario de las agujas del reloj. Pero como todo sigue hacia atrás el mundo comenzaría a contraerse hasta volverse una especie de infinito negativo.

IV
Me imagino al anti hombre como un tipo de súper hombre. Capaz de remendar catástrofes inmensurables. Y no hay holocausto, hay un tipo de reunión; grandísima, donde judíos y nazis bailarían con júbilo. Y tal vez no queman libros, queman armas y tal vez no es fascismo es alegría. Y tal vez es anti poesía y anti metafísica.  La bomba nuclear que será elaborada con una especie de anti uranio-235, siendo este no radioactivo. Entonces la bomba caerá en un poblado y una luz iluminara todo el firmamento. Imagino que el anti uranio-235 al contrario del uranio común y corriente no empezaría a desaparecer vida, sino ha aparecer. Y por obra del anti espíritu y la anti ciencia todos los desparecidos de la historia comienzan a aparecer por todos lados. La película acaba y yo sigo mirando el vacío, hipnotizado por los movimientos que dejaron de existir hace unos diez minutos.

V
Hace tiempo, tanto tiempo que ya no me acuerdo. Y me queda la mitad de un boleto, algunos recuerdos, algunos cigarrillos. El recuerdo que más cuido es aquel de la película de Hitchcock, será porque todo ocurre de un modo muy extraño, y será también porque estábamos atados y será también porque los recuerdos son como pájaros asesinos que caen del cielo. Y será porque quiero que todo retroceda, y será porque querré detenerme en ese momento exacto, en donde iniciaste la película y te sentaste a un lado mío. Pero hace tiempo y frío; y vida. Y muerte, hace tanto…y las cenizas vuelan.

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