sábado, 24 de agosto de 2013

Para los ateos y creyentes

La más grande, incuantificable, maravillosa, sublime, piadosa, divina y poderosa energía que existe en la fas de la tierra. No se encuentra en el cielo o en el paraíso o en una iglesia o en una mezquita o en un monasterio. Esa energía creadora se manifiesta en la cama, sí, entre las sabanas y las almohadas; entre los cuerpos de dos enamorados. Ya sea madre e hijo, hombre y mujer, hombre y hombre, mujer y mujer. Esa energía que se crea entre dos cuerpos que se aman, que se acarician, que se besan la frente, que se abrazan el alma, que se hablan de corazón, que se ríen del mundo, esa energía es la que debería mover a la gente, a los políticos, a los papas, a los profetas, a los dalai lamas, a los hombres del orden. El amor debería ser la única y perdurable religión que gobierne los corazones y mentes humanas.

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