jueves, 1 de agosto de 2013

Aguantar la respiración

La última vez que estuvimos de frente. Tú tenias una sonrisita muy bonita, yo tenía los ojos hechos agua. La última vez que te vi partir, respire profundamente; para por lo menos retener tu olor. No quería perderte del todo; aguante la respiración lo más que pude. Quería que te quedaras aunque fuera en escencia. Tuve que respirar; y tu olor se fue en un suspiro. Uno que todavía me duele cuando trato de aguantar la respiración. Cuando me ahogo de tanto aire, de tanta presencia tuya. El suspiro siempre me recuerda tu ausencia y que aguantar la respiración es dañino.

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